PSICOLICIBNA, UNA ALTERNATIVA PARA TRATAR LA DEPRESIÓN

PSICOLICIBNA, UNA ALTERNATIVA  PARA TRATAR LA DEPRESIÓN

MUJERES QUE LA ROMPEN: UNA CONVERSACIÓN CON MARÍA MARCELA VELÁSQUEZ

 

POR LAURA MATALLANA Y NATALIA OTERO

FOTOS POR CAMILLE TIERS

 

El pasado miércoles, 30 de marzo de 2022, Conversaciones Detonante dio paso al Festival Equal by Spotify, con MUJERES QUE LA ROMPEN. En cinco paneles, más de 22 mujeres nos inspiraron con sus experiencias sobre los retos y aprendizajes que han atravesado por ser mujeres en sus diferentes sectores.

En el panel HABLAR SIN MIEDO, moderado por Luisa Piñeros, periodista Musical de la Radio Nacional colombiana, participaron la influenciadora digital y autora del libro Rompe tus miedos, Tuti Vargas; la barranquillera, ex Reina del Carnaval y creadora de la comunidad "Mi Gente Linda", Marcela García Caballero; la música y cantante, sanadora con sonido, Manuela Mejía y la bióloga María Marcela Velásquez, investigadora del efecto neurobiológico de la Psilocibina.

Pocas lecciones más importantes nos ha dejado la pandemia que el cuidado de la salud mental. Y, para poder cuidarnos, tenemos que hablar, debemos poder ser explícitos y usar la voz para derribar los tabúes de la salud mental, de buscar ayuda, de hablar de bienestar y sobre todo levantar la mano cuando las cosas no están bien. 

Maria marcela

Queriendo entender mejor los avances que hace la ciencia sobre el uso de la psilocibina para tratar la depresión, hablamos con María Marcela Velázquez, quien es bióloga de la Universidad de Caldas y doctora en Ciencias en la Universidad de los Andes. Su investigación doctoral se ha centrado en dilucidar aspectos del trastorno depresivo mayor, desde sus dimensiones genéticas, epigenéticas y psicotrópicas. 

 

Uno de sus principales intereses es contribuir al entendimiento del efecto neurobiológico de la Psilocibina, un alcaloide alucinógeno de uso ancestral, mediante el consumo de hongos psicodélicos, que tiene un gran potencial terapéutico. Por el planteamiento de un proyecto en dicho tema, recibió el premio L'oréal para mujeres en la ciencia en 2021.



Maria Marcela Velásquez, Equal, Mujeres que la rompen

 

¿Qué tanto se ha investigado en Colombia sobre el tratamiento de la depresión con hongos?

María Marcela: Acá en Colombia, realmente, no se ha investigado al respecto y la investigación que nosotros tenemos en mente no la hemos podido llevar acabo. Ya tenemos el permiso del Fondo Nacional para hacer una investigación con el metabolismo importado, pero la importación es otro cuento que se ha demorado mucho. Yo solicité al proveedor este insumo y todavía no lo tenemos. 



¿Cuál es el metabolismo importado del que hablas? 

MM: Es el extracto purificado de psilocina, que es el metabolito de estos hongos. Hay quienes reciben el hongo seco. Otro, usan un extracto del hongo. También se puede aislar el metabolismo purificado. 


Ciñéndonos al permiso que tenemos, que es investigar con el metabolito, esa es la sustancia que traería el proveedor, pero se demora un montón. Por eso, no hemos podido iniciar. Lo que hemos intentando hacer es una investigación paralela. No con hongos sino con una planta que se llama Pronto alivio que no tiene restricción porque no es alucinógeno. Hemos estado haciendo el protocolo que queríamos hacer con el hongo con esta planta. 



¿Cómo ayuda el hongo, más precisamente la psilocina que es el metabolito dentro de estos hongos, a curar la depresión?

MM: Funciona a nivel neurobiológico. Este metabolito regula los niveles de serotonina, lo que está muy relacionado con el origen de la depresión. Tiene la capacidad de aumentar algo que se llama la plasticidad neuronal, que es como la flexibilidad que tiene el cerebro o el sistema nervioso para responder a los cambios del entorno, para aprender, para consolidar memorias. En las personas con depresión es un proceso que está alterado porque muchas neuronas empiezan a atrofiarse, sobre todo, en la corteza peri frontal. Se ha encontrado que los hongos permiten reestablecer ciertas conexiones en las neuronas, aumentar el tamaño de las membritas.


Hay otra línea de investigación que es a nivel funcional. En ésta, después de consumir esa sustancia, se empiezan a conectar áreas dentro del cerebro que usualmente no lo están. Para las personas con depresión, esto significa un reseteo, es decir que tienen más flexibilidad cognitiva y relacional para quitarse el sesgo de esos pensamientos repetitivos sobre sí mismas y sobre su entorno. 


Otro aspecto que se ha visto es que esta sustancia baja un poco la actividad de otra área del cerebro que es la amígdala, que está relacionada con el procesamiento de emociones negativas, de miedo y de ansiedad.  Los efectos místicos que tiene la sustancia generan la disolución del ego y un sentimiento de unidad con el otro y con el todo, lo que también es muy favorable para alguien deprimido. Esto le ayuda a reestablecer esa conexión que cree perdida con el mundo. 


Todas las líneas son importantes y aportan al tratamiento terapéutico: la experiencia mística ayuda a la disolución del ego, como ya expliqué, y el sustrato neurobiológico tiene implicaciones a nivel cerebral. Sin embargo, hay que seguir investigando.



Sabiendo que hay hongos en muchas partes de Colombia, ¿cuál es la traba burocrática, o la razón que les dan a ustedes como científicos, para no poder utilizar los hongos medicinales que crecen acá?

MM: La restricción de uso no es por la planta u el hongo medicinal sino por aquellas sustancias que están incluidas dentro del listado que regula las Naciones Unidas. La psilocina o psilocibina están incluidas en ese listado, justamente, por el efecto que tienen de alterar los estados de consciencia. 


En Colombia, la respuesta que se nos da es que no hay ninguna entidad o institución que tenga el aval para cultivar o comercializar el hongo y, por consiguiente, no se puede aislar la materia prima a partir de este hongo, dentro de un marco legal en Colombia. Por eso nos dicen: “pueden investigar con el hongo, pero tienen que importarlo”.  Nuestro proveedor viene de Estados Unidos y no todos los proveedores tienen ese permiso al día. 


En cuanto a la autorización previa que necesitan esos proveedores, es muy complejo el proceso. Por eso, hay una necesidad de redefinir el marco legal que regula esas sustancias, porque le hecho es que, esas sustancias, como están incluidas en ese listado, digamos en Estados Unidos, todavía se les categoriza como sustancias potencialmente adictivas. Todo esto hace que su uso sea supremamente restringido y, a partir de ahí, también su comercialización. 


Acá está el uso recreativo de ciertas sustancias, como, por ejemplo, la ayahuasca que se utiliza mucho en entornos de rituales y curativos. Y no es un delito porque obedece a un trasfondo cultural, pero ya en el ámbito clínico, evaluar el efecto de esas sustancias es otro camino legal que es más complicado. 


Esto es una frustración grandísima para mí y para otros colegas que no solo están con la psilocina sino con MDMA. Lo que termina causando este marco legal es que Colombia no se pueda poner en la vanguardia de estas investigaciones. Eso lo siento como un ataque al ánimo de investigación, porque es una barrera gigante, una traba grandísima que ralentiza los procesos y pone trabajas mentales y legales en ellos. 



Pero, ¿el consumo de hongos es potencialmente adictivo como lo alerta ese listado de las Naciones Unidas?

MM: La psilocina no es adictiva ni tóxica. Antes había una asunción de que la sustancia podría ser tóxica y adictiva pero ya se sabe que no es así. No representa ningún riesgo en ese aspecto. 



¿Le ves algún futuro a la legalización de la psilocibina o al cambio de ley que permita agilizar los procesos de investigación?

MM: Yo pensaría que con se podría crear un eventual cambio de paradigma, aunando esfuerzos y generando mesas de diálogo con esas entidades que se encargan de regular las sustancias, generando documentos que reporten toda la evidencia que hay a favor, tomando como ejemplo el caso de los países que antes tenían una restricción bastante fuerte y que ya empiezan a sensibilizarlo, sobre todo en Estados Unidos, Australia, Reino Unido.



Hay varios amigos posteando que quieren tratamientos con hongos y la gente respondiendo que vayan a Villa de Leyva y se consigan los hongos por cuenta propia. ¿Tu qué piensas sobre cómo se debe tratar esto? ¿Debe haber alguien de confianza?¿O un chamán o un médico? ¿Es posible hacerlo por cuenta propia?

MM: La toma de psilocibina debe hacerse en un entorno controlado y con acompañamiento terapéutico. De esos ensayos clínicos que se han hecho en John Hopkins, Imperial Collage, todos son en un entorno predispuesto para ello. Los psiquiatras están ahí haciendo acompañamiento constante, no solo el día del tratamiento, sino después. Hay un monitoreo muy afinado. 


El tratamiento es algo que se debe evaluar concienzudamente, tener en cuenta el contexto y el lugar en el que se hace porque, además, el lugar en el que se hace, la condición interna en la que tu estás, quién te acompaña en ese tránsito, todo eso, en gran forma, enmarca qué tan benéfica va a ser la experiencia para ti. 


Aunque se vaya a hacer en un contexto no regulado o en un contexto no terapéutico como se está haciendo en Colombia, es necesario mirarlo desde un lado muy responsable y crítico. 


Sería ilógico y poco realista pensar que aquí no se usa el hongo más allá de lo legal, pues hay un montón de escenarios y formas en que se puede acceder al hongo en forma libre. Muchas personas lo están haciendo porque es un BOOM del que nadie es ajeno. En ese sentido, creo que es necesario saber quién se va a hacer esta toma, quién es la persona detrás de ello. Puede que haya terapeutas o psicólogos que ofrecen ese tipo de terapias que ya tengan un contexto teórico y práctico más definido. 


La dosis es supremamente importante, porque dosis medias o altas o micro dosis no generan el mismo efecto. Si es una persona con depresión pero tiene síntomas psicóticos, no es lo recomendable que se someta a este tipo de sustancias, por ejemplo, ni en dosis inadecuadas. 


¿Cómo entras en comunión con los saberes ancestrales, sobre todo acá que hay indígenas, mayores y abuelas que usan las plantas y organismos naturales como medicina? 

MM: No he tenido esa fortuna de tener ese acercamiento directo con esas personas y, obviamente, considero que sería supremamente necesario y enriquecedor. 


¿Los psicodélicos (Ketamina, LSD) funcionan de manera similar en el cerebro? O, ¿cada una tiene un compuesto diferente que ayuda al cerebro de diferentes maneras? 

MM: Este tipo de drogas psicodélicas, dictaminas, tienen mecanismos neurobiológicos que sí son similares, entonces, claramente, habrá que mirar a largo plazo cómo cambia. El LSD y la psilocibina han sido usados ampliamente para tratar un espectro grande de trastornos del estado de ánimo, como trastorno de depresión, bipolar, estrés post traumático, ansiedad, adicciones, porque sí tienen rutas de acción muy similares, no iguales, porque su conformación química es distintas, pero similares. 


¿Cuál es el conocimiento que quieres transmitir sobre el consumo de hongos? 

MM: Evidentemente, este tipo de sustancias tienen muchas alternativas que ofrecer, pero indudablemente es preciso no tomárselo a la ligera. No es aconsejable acceder a este tipo de medicamentos por solo curiosidad o por pensar que uno puede prescribirse, sino que son sustancias que aportan demasiada información personal. Por eso mismo ayudan a sanar aspectos emocionales, aspectos cognitivos, pero el contexto y la persona con quien se haga, es igualmente importante que la sustancia. 



¿De qué  manera los hongos son una mejor opción que los antidepresivos?

MM: No se trata de satanizar a los antidepresivos, porque hay personas que sí han respondido favorablemente a estos fármacos, pero lo que es cierto es que hay un gran porcentaje de personas resistentes al tratamiento. Entonces, cuando esto sucede, necesitan uno tras otro y al ver que no funcionan tan rápido se incrementan los síntomas de la depresión. Lo que se ha encontrado con los antidepresivos comunes es que la respuesta, generalmente, a este tipo de sustancias es mucho más rápida y que, cuando es más limitada, se logran efectos sostenidos. 


Con la psilocibina se ha descrito que dos dosis de 25 miligramos, una separada entre una semana de la otra, puede generar reducción en los síntomas hasta por tres meses, mientras que con los antidepresivos convencionales empiezan a tomar una dosis diaria y se ven los efecto después de un mes, y no sabes si necesariamente te va a funcionar. Eso hace que muchas personas no se adhieran a la terapia o que se sientan desesperanzadas por pensar que nada les va a servir, y muchas de ellas son las que resisten al tratamiento. Por el contrario, de cuando toman estos tratamientos alternativos.








Para ver la conversación de María Marcela durante el evento de Mujeres que la rompen, da clic aquí. 

 

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