EMPEZÓ SAN PACHO, LA FIESTA MÁS ALEGRE DE COLOMBIA
EMPEZÓ SAN PACHO, LA FIESTA MÁS ALEGRE DE COLOMBIA
Vive San Pacho, de más de 350 años de historia, orgullo del pueblo chocoano, en la que se mezclan perfectamente lo sagrado y lo profano.
Por: Saulo Guerrero Córdoba, periodista
Foto por Paula OG, Rafa Caicedo y El Murcy
LA DEVOCIÓN A SAN FRANCISCO DE ASÍS
Incluidas por la UNESCO en la lista de Patrimonios Inmateriales de la Humanidad, y con más de 300 años de historia, las Fiestas de San Pacho, en Quibdó, Chocó, son el testimonio vivo de la cosmovisión, las formas de ser y de sentir de todo un pueblo.
Esta fiesta, en honor a San Francisco de Asís, es hecha por el pueblo y para el pueblo, y se caracteriza por su vistosidad, alegría y la devoción que los quibdoseños sienten por San Francisco, que se expresa de formas tan únicas, que no hay nada similar en ningún otro lugar del mundo.
Todos los años, entre el 19 de septiembre y el 4 de octubre, esta ciudad de negros, indígenas y mestizos se convierte en el destino de todo aquel que quiere vivir una experiencia inolvidable, entre sagrada y profano.
Este año, luego de dos años de receso, con el liderazgo de la Fundación Fiestas Franciscanas, volvió la fiesta con toda su alegría y vistosidad. ILEWA turismo te lleva a Quibdó a vivir como toca las fiestas de San Pacho Bendito (si te interesa, haz clic aquí).
De lo sagrado a lo profano
La devoción por San Francisco de Asís, o San Pacho, como se le conoce popularmente al Santo en el Chocó, empezó desde finales de siglo XVII, cerca a los días en los que la ciudad fue fundada por el comerciante antioqueño, Manuel Cañizales, en 1654.
Fueron los sacerdotes Capuchinos de las órdenes franciscanas los encargados de arraigar en la población la devoción por el Santo. A lo largo de los siglos, la población continuó creciendo a la par con la devoción por San Francisco de Asís, al punto de ser nombrado Santo Patrón, protector de la ciudad. Entre otras cosas, dicho nombramiento se debió a que existía, y aún existe, la creencia entre los devotos de que, gracias a los milagros de San Pacho, la ciudad de Quibdó no quedó más devastada tras los incendios que la azotaron a lo largo de su historia.
Hoy en día la religiosidad es un elemento que pervive en las fiestas, éstas inician y se cierran con la venia del Santo. En ellas es evidente la sincronía entre lo sagrado y lo profano pues es una celebración para San Pacho pero también lo es para el pueblo. Se le reza al seráfico, pero también se va a la verbena, se va a la misa campal pero también al bunde; y la gente se la goza de principio a fin.
Por Rafa Caicedo
Un amor por la fiesta que se inculca desde pequeños
Entre los quibdoseños, el amor por San Pacho es algo que se aprende desde pequeños. El 19 de septiembre durante la pre apertura de la Fiesta, los niños de los centros de educación inicial de la ciudad de Quibdó salen de las aulas y se van a las calles, con sus trajes de fantasía, con la supervisión de sus padres y sus profesores.
Así es como, desde pequeños, aprenden a reconocer al santo patrono de su ciudad y esta tradición como un legado cultural importante, además de los valores que caracterizan a San Pacho como a los quibdoseños: la alegría, la humildad y el sentido de hermandad.
Por Rafa Caicedo
Alegría, rumba y revulú
Las Fiestas de San Pacho duran dos semanas y durante ese tiempo casi todo está permitido, dado que a eso le apunta la naturaleza de la “fiesta” como fenómeno cultural universal. Es al ritmo de tambores y sermones con el que los espectadores y protagonistas se entretienen en esta celebración. Dejándose embriagar por la música y el indómito movimiento de las caderas que provoca la chirimía, los san pacheros se toman las calles de Quibdó en honor a San Pacho. Unos acompañan los recorridos desde las aceras y balcones como espectadores. Otros son los protagonistas de la calle en las comparsas y el revulú.
Se conoce como revulú a uno de los momentos más intensos del recorrido: es justo cuando, durante el bunde, la gente se apiña y salta con más ahínco alrededor de las chirimías, al tiempo que exclaman el estribillo de moda. Estos también se forman detrás del carro donde va Alex Pichi, más conocido como 'El rey del bunde' quien, a través de un sistema de altoparlantes, alienta al público a disfrutar del momento con estribillos, saltos con los brazos al aire, queriendo tocar el cielo.
Para muchos de los que prefieren ver el espectáculo desde las aceras y balcones, el revulú es un acto que, en su caótica fachada, pareciera ser lesivo para los pies y para el resto del cuerpo de los participantes, pero las caras de quienes lo protagonizan dicen otra cosa: es un goce sublime que experimentan en aquel momento, en que, simplemente, la música controla sus movimientos y sus cuerpos transpiran felicidad. Para comprenderlo y saber lo que sienten, hay que dejarse llevar y vivir el bunde desde adentro, al igual que ellos.
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Cupos limitados:
Grupo 1: Septiembre 25 al 28
Grupo 2: Setiembre 30 al 3 de Octubre
Incluye:
~Recogida en el aeropuerto El Caraño
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~Alimentación Full (Almuerzos, Cenas, desayunos)
~Guianza
~City tour San Pachero
~Pasadía en Tutunendo
~Participación en comparsa con chirimía
~Paseo en bote por el río Atrato
~Atuendo San Pachero
~Coreógrafo
~Tarjeta médica
~Souvenir
~Registro fotográfico profesional
Precio por persona: $1.400.000
Reservaciones: 3022539026.